Para desarrollar esta tarea y fomentar la autonomía y el pasaje de
responsabilidad en el uso de ese poder democratizado, se debe establecer un
plan. Un camino a recorrer en el cual, se transite por etapas en las que el
estudiante pueda explorar sus propias capacidades y en las que se le proponga
como desafío tareas de aprendizaje con altas posibilidades de éxito en el manejo de sus competencias y
empoderamiento sobre el conocimiento y la toma de decisiones.
Se pretende con estas acciones, generar una atmósfera que conduzca a
la configuración de un habitus en que la reflexión sea la regla. El habitus se
define en palabras de Bordieu (1991) y Perrenoud (2006) como “esquemas
adquiridos en la historia incorporada, puestos en acto en las prácticas cotidianas.
Son organizadores de la acción pedagógica a través de diversos mecanismos.”
(Sanjurjo, 2012, p. 30) De alguna manera, las acciones cotidianas, los mensajes transmitidos desde la
convivencia (currículo nulo, implícito), lo modélico, la afectividad de los vínculos, las relaciones con el
conocimiento, la vinculación con los actores del escenario pedagógico (dirección, profesorado, personal no
docente, personas ajenas a la institución o de trabajos coordinados) configuran día a día y dan shape al
“molde” del Espínola.
Es en la interacción entre el docente, el estudiante y el conocimiento,
donde se materializa la didáctica como constructo teórico, en ese ir y venir con
la práctica y con la convicción de que una no es sin la otra. En lo que hacemos,
decimos, provocamos, desechamos, se puede dar forma el posicionamiento pedagógico y tangibilidad para los
estudiantes. En este sentido Litwin propone que “la intuición, construida a lo largo de la experiencia docente
-no siempre conscientemente- puede permitir el despliegue de actividades
adecuadas a la secuencia de una clase y estimular un proceso comprensión por
parte de los estudiantes” (2013, p. 35) pero que, al darle un “lugar” teórico
pedagógico, sale del estado de inconciencia y se torna visible y a la vez
manipulable para el docente y para el estudiante.
