El interés por el acceso al conocimiento puede resultar, en ciertos momentos, escaso durante el tránsito por secundaria. La avidez de conocimiento y la motivación por saber y saber mejor, no siempre resulta de una urgencia. Despertar el interés por aprender, resulta todo un desafío para los profesores; volviendo muchas veces a ‘la clase’ en un territorio de conflicto de intereses de quienes integran ese espacio educativo. Aprender puede comenzar a tornarse una pendiente cuesta arriba si no hay acuerdos entre docentes y estudiantes y el fracaso en el desempeño de las tareas empieza a acontecer con mayor frecuencia. Qué los reúne, y cuál es la mejor forma de conseguir lo máximo en el desempeño de cada uno, de los que enseñan y de los que aprenden deben de ponerse en el centro del proceso educativo, permitiendo establecer una relación de confraternidad entre los actores.
¿Y si jugamos a aprender? busca dar a conocer herramientas para empoderar al sujeto que aprende frente a su propio proceso de aprendizaje, permitiendo el desarrollo de la competencia de “ aprender a aprender”, desde un lugar de responsabilidad frente a ese rol que cumple como estudiante, involucrándose con el conocimiento no solamente desde la dimensión intelectual, sino desde lo emocional, desde lo personal. La estimulación del gusto por aprender, de disfrutar del encuentro con el conocimiento, es parte de los propósitos del proyecto.
La enseñanza de los contenidos se debe anclar en los conocimientos que ya se poseen a la vez que se entretejen nuevas representaciones conceptuales. Este procedimiento permite ir adquiriendo conocimientos de complejidad creciente, en cuanto se avanza en el ámbito de lo académico. El desarrollo de las habilidades para la adquisición de la competencia del “aprender a aprender” resulta de una importancia vertebral, puesto le permitirá el aprendizaje continuo más allá de los contenidos específicos de cada asignatura, más allá del contexto y del docente que lidere la clase; acompañándolo en sus estudios futuros.
Los logros en el aprendizaje, se evidencian en referencia al incremento de conocimientos, su aplicación e integración al esquema de saberes. La adquisición de estrategias de aprendizaje le permitirá acceder a la diversidad de saberes. Cada estudiante puede explorar diversas maneras de aprender, a la vez que los docentes implementan, indagan y ponen en juego, diversas estrategias de enseñanza que puedan dar respuesta a los estilos de aprendizaje, la naturaleza del contenido, con el propósito de desarrollar el aprendizaje autónomo y autorregulado.
Proyecto “¿Y si jugamos aprender?”
Colegio y Liceo Francisco Espínola, 2018.